miércoles, 2 de enero de 2008

PRÁCTICA DE HISTORIAS INCOMPLETAS

REFLEXIÓN SOBRE LA PRÁCTICA DE HISTORIAS INCOMPLETAS


El siguiente diagnóstico del apego lo realicé con un niño en edad preescolar, más concretamente con cuatro años de edad.

Para ello utilicé el procedimiento de las historias incompletas, elaborado y puesto en práctica por Bretherton, Ridgeway y Cassidy, este permite evaluar el estilo de apego en niños de edad preescolar a partir de las respuestas de estos a una serie de historias inacabadas.

El procedimiento que seguí para su realización fue el descrito en los apuntes proporcionados por Alejandro Iborra. En primer lugar preparé los distintos materiales requeridos para realizar las escenificaciones, también preparé la habitación y la grabadora para poder analizar posteriormente las escenas.

A continuación, con el niño le expliqué el juego. Comenzando con una historia neutra, sobre una fiesta de cumpleaños, que sirve para aprender el procedimiento, que el niño comprendió perfectamente.

La primera historia es la del zumo derramado, en la cual se intenta evaluar a la figura de apego en situación de autoridad con el niño. En el caso del niño al que estaba evaluando, nada más escenificar el momento en el que se cae el zumo, respondió con la voz de su madre en tono autoritario. Así sería la escena:

Niño: Bueno, pues se lo diría a mamá: ¡Mamá, mamá se me ha caído el zumo!
Niño haciendo de mamá: Bueno pues ahora te regaño y nos vamos a casa.
Inma: ¿Te regaña mamá?
Niño: Sí.
Inma: ¿Y qué te dice?
Niño haciendo de mamá: ¡A casa!
Inma: ¿Pero lo limpias o no?
Niño: Sí.
Niño haciendo de mamá: Sí, lo limpias no nos vamos, pero si no lo limpias nos vamos.

Cuando le pregunto por la reacción del padre, instintivamente me dice que no pasa nada que lo limpia.

Esta escena me lleva a pensar que su principal figura de apego, por lo menos en cuanto, a la autoridad es su madre. Ya que en un principio responde de manera autoritaria, aunque al final le acaba incitando a que limpie lo que ha vertido y a que sea él quien decida, si quiere irse o no.

La segunda escena se titula “historia de la herida en la rodilla”, con ella queremos analizar el dolor como elicitador de la conducta de apego. El niño cuando escenificaba el momento en el que se hacía la herida, a la primera persona a la que llamaba era a su madre. Esta respondía rápidamente diciéndole que iban al médico. Le pregunto si le dice algo papá y me dice que a papá no, que está “allí”.

Estas respuestas me llevan a pensar igualmente, que su principal figura de apego es su madre y que el momento de dolor, le sirve para llamar la atención de su figura de apego.

La tercera escena trata sobre “la historia del monstruo en la habitación”, con la que analizaremos el miedo como elicitador de la conducta de apego.

La historia trata sobre la pesadilla que ha tenido el niño. Le digo que realice la escena y a la primera persona a la que llama es su madre. Esta se levanta de la cama y va hacía su habitación, le calma y le da un abrazo. Le pregunto al niño si papá hace algo en ese momento y dice que no, que está durmiendo.

Por tanto, volvemos a comprobar cómo utiliza el miedo, para llamar la atención de su principal figura de apego, su madre. Mientras que de su padre no se plantea en ningún momento llamar su atención.


La penúltima escena se titula “historia de la partida de los padres”, con ella pretendemos analizar la separación ansiosa y las estrategias de afrontamiento.

El niño no representa una separación ansiosa ni traumática. Pregunta a su madre que dónde van, ella se lo explica y el niño se queda conforme quedándose con la abuela. Eso sí, al padre no le vuelve a mencionar, sólo a la madre.

Por último, la historia final es la “reunión”, cuando vuelven los padres del viaje, con la que estudiamos la reunión con los padres tras una separación. La madre cuando llega del viaje les pregunta que han hecho y él se lo explica. De nuevo sigue sin nombrar al padre y a la hermana. La mamá pregunta a la abuela qué que han hecho. Termina diciendo que la hermana hace muchas cosas malas porque está malita. Lo que me lleva a pensar que existen aún celos, porque la hermana es un bebé y le resta protagonismo.

Al final le pregunto, que si a papá no le utiliza y dice que él está ocupado haciendo otras cosas.

Como CONCLUSIÓN al estudio, podríamos decir que el niño muestra un apego seguro. Tiene unos padres cálidos y afectivos, sin duda sobre todo la madre. Se ve que hay comunicación. Y ante todo predomina la relación con la madre, ya que al padre a penas le puede ver, de ahí, que afirme rotundamente que su padre está ocupado. A la hermana tampoco la muestra y se nota, que en alguna escena en la que aparece intenta ganarle protagonismo por encima de ella.

En cuanto a las escenas analizadas y a los criterios de valoración propuestos por los autores, podemos ver cómo responde con relativa rapidez y adecuadamente, ya que algún miembro de la familia, en este caso la madre, hace algo para restablecer la normalidad, sus respuestas son positivas y no hacen referencia a castigos ni malos tratos. El niño coopera en todo momento y en el episodio de reunión el recibimiento es cariñoso. Estos serían los criterios generales de seguridad.

Según la clasificación de apego que hacen los autores, el niño estudiado tiene un APEGO MUY SEGURO.

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